Los quistes renales son bolsas redondas de líquido que se forman en los riñones o sobre estos. Los quistes renales pueden presentarse con trastornos que pueden afectar la función renal. Sin embargo, con mayor frecuencia, los quistes renales corresponden a un tipo llamado quistes renales simples. Los quistes renales simples no son cancerosos y rara vez causan problemas.
Las causas de los quistes renales simples no están claras. Con frecuencia, aparece un quiste en la superficie de un riñón. Pero pueden aparecer más de un quiste en uno o ambos riñones. Los quistes renales simples no son iguales a los quistes que se forman con la enfermedad renal poliquística. Los quistes simples también difieren de los quistes complejos. Hay que controlar los quistes complejos para detectar cambios que podrían ser cancerosos.
Los quistes renales simples con frecuencia se detectan en una prueba por imágenes que se realiza por otra afección. Por lo general, no se necesita tratamiento a menos que los quistes simples produzcan síntomas.
Por lo general, los quistes renales simples no causan síntomas. Sin embargo, si un quiste renal simple aumenta considerablemente su tamaño, los síntomas pueden incluir los siguientes:
Las causas de los quistes renales simples no están claras. Una teoría sugiere que los quistes renales aparecen cuando la capa superficial del riñón se debilita y forma una bolsa. La bolsa se llena de líquido, se desprende y se transforma en un quiste.
El riesgo de tener quistes renales simples aumenta a medida que envejeces, aunque pueden producirse a cualquier edad. Los quistes renales simples son más frecuentes en los hombres.
En algunos casos, los quistes renales pueden provocar complicaciones, como las siguientes:
Si un quiste renal simple no causa ningún síntoma y no interfiere en la actividad renal, es posible que no necesites tratamiento. En lugar de esto, el proveedor de atención médica puede recomendar que periódicamente te hagas pruebas por imágenes, como una ecografía, para comprobar si hubo cambios en el quiste renal.
Si cambia y produce síntomas, puedes optar por recibir tratamiento en ese momento. A veces, el quiste renal simple desaparece por sí solo.
Si un quiste renal simple causa síntomas, el proveedor de atención médica puede recomendar un tratamiento. Algunas opciones incluyen las siguientes:
En ocasiones excepcionales, se puede insertar una aguja larga y delgada en la piel para atravesar la pared del quiste renal y reducir su tamaño. Luego, se drena el líquido del quiste y se lo llena con una solución para evitar que vuelva a formarse.
Mientras observa una pantalla de video en el quirófano, el cirujano guía los instrumentos hacia el riñón para drenar el líquido del quiste. Después, corta o quema las paredes del quiste. Es muy raro que se hagan cirugías para quistes simples. El procedimiento se hace con más frecuencia en quistes complejos con cambios que pueden corresponder a un cáncer.